DE TAPEO POR SEVILLA

Sevilla, una ciudad que desde pequeña me tiene fascinada. Su Giralda, su Alcázar, sus museos, sus parques, su Torre del Oro, el Guadalquivir, sus iglesias, sus calles, las callejuelas de Santa Cruz el fervor que se respira en el mítico barrio de Triana y el el barrio de La Macarena, la gracia de sus gentes y como no, SUS TAPAS nos tiene cautivados desde hace muuucho tiempo.

Yo ya había estado en esta ciudad muchas veces porque cuando era pequeña siempre veraneaba en Huelva e íbamos siempre a Sevilla a visitar a unos primos de mi madre; y desde esa época siempre tenía el recuerdo de los puentes del Guadalquivir que...no se el porque, pero me encantaban.

Hace cuatro años estuvimos 6 días visitándola, lo que hizo que me fascinara aún más de lo que recordaba. Por ello decidimos aprovechar una oferta de vuelos con Ryanair (que al final no fue tanta...) para volver a visitar esta impresionante ciudad durante 3 días.

Pero... como ya habíamos visitado muchas cosas, en esta última visita nos concentramos más en sus sabrosas tapas, de aquí el nombre del post con el que comienzo este viaje jeje.

No es que estuviéramos todo el día en bares pero, al haber visitado anteriormente sus museos y monumentos más importantes incluido los alrededores como el conjunto arqueológico de Itálica (que por cierto, desde mi punto de vista, no tiene nada que envidiar al coliseo romano); nuestra intención fue alternar las visitas con el tapeo tan popular en esta ciudad, relajarnos en los baños árabes e incluso...

BAILAR SEVILLANAS

Y tras toda esta parrafada... 



NOS VAMOS DE TAPEO